sábado, 24 de mayo de 2008

El escritor (4ª entrega)

Como ya he dejado escrito más arriba, en aquella época contaba yo en mi haber con nada menos que siete novelas acabadas y casi medio centenar de cartas de rechazo; de haber querido habría podido empapelar de arriba abajo todas las habitaciones de mi apartamento –que dicho sea de paso, apenas eran tres- sólo con mala literatura. Supongo que ya se imaginarán que mi estima y mi orgullo de escritor no andaban en aquel tiempo precisamente en su momento más brillante. De hecho para ser exacto debería decir que el medio centenar de cartas de rechazo se repartía apenas entre las cuatro primeras novelas; a partir de la quinta ya ni siquiera me molesté en intentar publicarlas y una vez las daba por finalizada procedía a archivarlas directamente en cajas de zapatos, disuadido a no ofrecerles de nuevo la oportunidad de humillarme. Sin embargo me daba cuenta de que esta vez la situación era completamente distinta; a pesar de que mi experiencia previa no debería invitarme al optimismo, lo cierto es que no me cabía ni la más mínima duda de que en esta ocasión encontraría editor para Haciendo surf sin ninguna dificultad. Hice cinco copias del manuscrito, dejé una en el registro de la propiedad intelectual y mandé las otras cuatro a tres editoriales nacionales y a una regional. Recuerdo que era sábado, bebí durante toda la noche y el domingo apenas me moví de la cama: el lunes, a primera hora de la mañana, sin que el hecho me cogiera por sorpresa, se presentó en mi apartamento el editor jefe de Ediciones Transcontinental en persona; me puso sobre la mesa un cheque con tantos ceros que no necesité esperar la respuesta de las demás editoriales para decidirme.

7 comentarios:

  1. ¿Tan seguro está de que no le van a ofrecer más dinero en las otras editoriales?

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  2. Tan seguro está de que nunca tendrá que volver a preocuparse del dinero.

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  3. Entiendo. Como no especifica la cantidad ingente de dinero...

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  4. Muy buenos días por la mañana.

    Al final le he comprado un Super Lopez y el nº1 de Bola de Dragón. Estaba retractilado y no vi el interior. Al ojearlo en casa me di cuenta de que sueltan bastantes tacos. ¿Le afectará a su inmadura e infantil mente?

    Gracias por las recomendaciones.

    Un paraguas azul.

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  5. No creo que encuentre en los tebeos más tacos de los que puede oir en el colegio. Tal vez hasta le haga más fácil comunicarse con sus compis de clase. De todas formas, que yo recuerde, Superlopez no solía decir tacos. Al menos hasta donde yo dejé de leerlos. Bola de Dragón ya es otra cosa... Aunque no suelo usarlos demasiado, soy un defensor a ultranza de los tacos: para mí son palabras como cualquier otra y en determinadas ocasiones incluso son las más precisas para expresar según que cosas. Mi consejo: deja que el niño aprenda tacos (los va aprender de todas formas, te pongas como te pongas), y que los use cuando los tenga que usar, pero aseguraté que además sepa hablar también correctamente sin necesidad de ellos, para esas otras situaciones en que no los pueda usar. Y confía en su buen criterio para que distinga unas ocasiones de otras.

    Son 30 € la consulta.

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  6. DECÁLOGO PARA UN ASPIRANTE A ESCRITOR
    1.- Lo primero es conoser vien la hortografía.
    2.- Cuide la concordancia, el cual son necesaria para que Vd. no caigan en
    aquellos errores.
    3.- Evite las repeticiones,
    evitando así repetir y repetir lo que ya ha
    repetido repetidamente.
    4.- Use; correctamente. Los signos : de puntuación.
    5.- Trate de ser claro; no use hieráticos, herméticos o errabundos
    gongorismos que puedan jibarizar las mejores ideas.
    6.- Tome el toro por las astas y no caiga en lugares comunes.
    7.- ¡Por amor del cielo!, no abuse de las exclamaciones.
    8.- Pone cuidado en las conjugaciones cuando escribáis.
    9.- No utilice nunca doble negación.
    10.- Y nunca empiece por una conjunción.
    Autoría desconocida

    No es una indirecta, es que me he encontrado con esto y os lo transmito para que lo podáis admirar.
    Si no te gusta, repite la operación (borrado), después de sonreir, si es el caso.

    Un zalúo.

    Lazi

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  7. Jajaja, Lazi, como me has calado. Es cierto, no me dejo ni un punto "patras". Pero prometo seguir trabajando. Lo que no prometos son mejoras. Ni que cumpla mis promesas.

    Una descalzadora.

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